POR: CARLOS DE LA MORA
Amigo lector en esta ocasión quiero hablar de un tema que entristece y da coraje a la vez, acciones que lastiman, hieren y destruyen a nuestra juventud. La venta de estupefacientes que se extiende a lo largo y ancho de nuestro territorio, acciones que corroen y destruyen a miles de jóvenes que al no encontrar una salida o quizá por la incomprensión de sus padres optan por entregarse en cuerpo y alma a este flagelo social que hace tanto daño a la familia, pilar fundamental de la sociedad.
Lo anterior viene al caso amigo lector al leer una nota en tan prestigiado periódico de circulación estatal pagina 13, sección Yucatán de fecha viernes 7 de octubre del 2011 donde se menciona al director de educación indígena de la Secretaria de Educación, Wilberh Dzul Canul, a sus hijos Jairo Dzul (a) el "Diablo", y Jesús Dzul (a) Chucho Cochinita quienes tienen como punto de venta de estupefacientes el predio del profesor ubicado en la calle 37 entre 26 y 28 del barrio de Santa Ana.
La pregunta que se hace la sociedad vallisoletana amigo lector es ¿porque con todos estos antecedentes del mencionado maestro y titular de educación indígena del Estado Wilberth Dzul Canul quien ha acomodado en varias escuelas a varios de sus hijos, entenados, amigos y parientes continua a vista y paciencia de las autoridades estatales, federales y municipales en el cargo, cuando este supuesto envenenador según el por esto cuyo recorte obra en los archivos de esta casa editorial debería estar en el penal de Ebtun.
Sin más por el momento reciban de su amigo y periodista un abrazo fraternal.
ATTE. CARLOS DE LA MORA
Lo anterior viene al caso amigo lector al leer una nota en tan prestigiado periódico de circulación estatal pagina 13, sección Yucatán de fecha viernes 7 de octubre del 2011 donde se menciona al director de educación indígena de la Secretaria de Educación, Wilberh Dzul Canul, a sus hijos Jairo Dzul (a) el "Diablo", y Jesús Dzul (a) Chucho Cochinita quienes tienen como punto de venta de estupefacientes el predio del profesor ubicado en la calle 37 entre 26 y 28 del barrio de Santa Ana.
La pregunta que se hace la sociedad vallisoletana amigo lector es ¿porque con todos estos antecedentes del mencionado maestro y titular de educación indígena del Estado Wilberth Dzul Canul quien ha acomodado en varias escuelas a varios de sus hijos, entenados, amigos y parientes continua a vista y paciencia de las autoridades estatales, federales y municipales en el cargo, cuando este supuesto envenenador según el por esto cuyo recorte obra en los archivos de esta casa editorial debería estar en el penal de Ebtun.
Sin más por el momento reciban de su amigo y periodista un abrazo fraternal.
ATTE. CARLOS DE LA MORA
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