Valladolid.- A las seis de la mañana,
cuando el día 21 aún estaba arropado con retazos de noche, el sacerdote indígena
Bartolomé Poot Nahuat, originario de Espita, abrió el portal místico para
preparar el Fin del Mundo desde el cenote Zaci, aquí en Valladolid, capital del
Oriente Maya.
El fuego sagrado ardió desde una
plataforma natural en el cenote Zací. Un imprevisto chisporroteo, que
sorprendió a los presentes, marcó la apertura de ese umbral que permanece
activo hasta los primeros segundos del día 22, cuando se realiza la ceremonia
de inicio de una nueva Era y el renacer de la humanidad.
Así, con esta práctica original propia
de una cultura viva, se inició en Valladolid, Pueblo Mágico, el fin de Baktún
13, el fin de una Era en el calendario Maya –que coincide con el solsticio de
invierno, según las profecías Mayas que datan de cinco mil 125 años atrás- y el
inicio del Baktún 14. Es el renacimiento de la humanidad.
El encendido del fuego sagrado y la
apertura de este portal místico fue precedido de una inesperada e intensa
lluvia, como preámbulo de lo que estaba por suceder.
Desde esa hora, las cinco de la
mañana, el sacerdote Maya Bartolomé Poot inició los preparativos de la
ceremonia. Uno a uno fue desliando sus bártulos para la ceremonia sagrada.
Velas, incienso, copal y un aceite
cuya fórmula guardan celosamente, fueron cuidadosamente ubicados en lo que
sería la hoguera. El caracol estaba a la espera de emitir ese sonido
característico en las celebraciones mayas.
Autoridades, encabezados por Roger
Alcocer García, invitados y turistas guardaron un respetuoso silencio para escuchar
la letanía en lengua maya.
Posteriormente, debajo de la vetusta Ceiba
(Yaxché), el árbol sagrado de los Mayas, que crece a la entrada del cenote,
Bartolomé Poot Nahuat dio la bendición a todos los presentes. Se inició así el
cierre del Baktún 13.
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